La sede del Instituto de Estudios Sijenenses Miguel Servet, en Villanueva de Sigena, ha acontecido esta mañana de sábado con la ponencia de los arquitectos don Luis Franco, don Mariano Pemán y don Sergio Sebastián, arquitectos artífices de la intervención, en distintas estancias, del Real Monasterio de Santa María de Sijena. A las 11:00 horas de la mañana, don José Jaime Castellón, alcalde de Villanueva de Sijena, ha realizado la apertura de la jornada, agradeciendo la asistencia de los presentes y la situación histórica en la que nos encontramos. Seguido a él, don Alberto García Mir, director general del instituto, ha mantenido su gratitud, al mismo tiempo que lo ha trasladado a las administraciones locales y autonómicas que durante mucho tiempo llevan trabajando para que las pinturas de la sala capitular volviesen a su lugar de origen, una incansable atención y dedicación por la defensa del patrimonio y en beneficio de la cultura sijenense y aragonesa.
A continuación, destacando la generosidad y dedicación de servicio, trabajo y entrega de la Orden de Malta en Sijena, su director ha hecho entrega de la Preguera 2024 a don Francisco Cavero de Pedro, subdelegado de la orden en Aragón, el cual, tras recoger el galardón, ha manifestado a los presentes su gratitud en nombre de la orden, al igual que la importancia de las actividades de estudio, investigación y difusión que desarrolla el Instituto de Estudios Sijenenses.
Los arquitectos protagonistas del cenobio han comenzado su ponencia magistral, recorriendo las distintas obras de drenaje, saneamiento y adecuación del claustro, así como el asentamiento, la reconstrucción y la adaptación de sus muros o de elementos arquitectónicos de la sala capitular o de los dormitorios, actual espacio museístico.
Una visita guiada en Sijena ha culminado la jornada, realizada por doña Esther Puisac Nogarol, vicesecretaria de Comunicación. Los arquitectos han brindado una explicación magnífica, tanto en el salón de actos del instituto, como en el propio monasterio, que ha atraído a un público ilusionado e impresionado por el trabajo y el esfuerzo desarrollado en el conjunto monástico.